Sistema de valores que rigen el comportamiento de la comunidad. El comportamiento diario de cualquier persona obedece a patrones culturales permanentes en la comunidad. El hombre y el muchacho joven procuraran en cualquier parte que se encuentren demostrar su hombría y su honradez. La superioridad concedida al sexo masculino es indiscutible y general y se muestra en múltiples comportamientos, algunos de los cuales ya he señalado en 1* apartados anteriores; la iniciativa mantenida por el joven durante el noviazgo se contenta en el matrimonio, en el cual el padre será quien organice el trabajo de la familia y el que la represente ante la comunidad. El hombre procurará por todos modos mostrar a la gente que en casa es él "el que lleva los pantalones", aunque la realidad en algunos pasos sea muy diferente; eso no importas lo verdaderamente importante es que la gente no se entere de ello. Otro hecho que confirma esta superioridad es la libertad de acción del varón en contraposición a la sujeción de la mujer, lo cual obedece también a los patrones culturales que rigen su comportamiento. La hombría engloba varias características indispensables, desde la fe hasta la fuerza física, pasando por el espíritu de trabajo y las buenas costumbres. La hombría por la fe la recoge el capitulo 21 de la Ordenanza de Riofrío en los siguientes términos: "Que los regidores no cojan ninguna pesquisa ni pena si no se diere en Concejo y declarare de quién la diere, de qué y cómo, de qué día y por qué razón, y dándola en Conejo la admitan, (pero) si el que la diere, si fuere día festivo no llegare al Evangelio de la Misa de pueblo, ora sea vecino o sea guarda, en este caso, "que no sea creído" y si llegare antes de dicho Evangelio "se le dé crédito", y se castigue al dañador como va dicho y se acostumbra". Es decir, que para el Concejo de Riofrío el hombre descreído o simplemente mal cumplidor de los deberes religiosos no tenía aceptación de hombría en su palabra y se negaba validez y autenticidad a su juramento. Esta concepción ha perdido valor actualmente. El in cumplimiento de una promesa o de un juramento es la expresión más clara de poca hombría. Lo mismo ocurre con el hombre que robas que se emborracha o que es un vagos pues todos estos comportamientos no son aceptados por la comunidad. La fuerza física impera sobre el comportamiento racional en muchas ocasiones. El valor más estimado de la mujer es, sin duda alguna, la honra, que abarca desde la virginidad prematrimonial hasta la limpieza de la casa y de los hijos; ser una "guarra" es el peor calificativo que se le puede poner a una mujer. Hacia el mantenimiento de la virginidad prematrimonial se orientan, como ya hemos visto, la sujeción familiar a que se ve sometida la chica durante toda su juventud. Las relaciones amorosas en público no se dan, pero si se dieren, seria suficiente motivo para catalogar a una chica como una "zorra"; con mucho mayor motivo en el caso en que se diesen relaciones sexuales. Tener un hijo do soltera supone automáticamente una marginación social, a veces incluso por parte de la propia familia. Otro valor estimable en el hombre es la habilidad manual y la capacidad de trabajo. Ya hemos hablado que la precocidad de un muchacho en la realización de tareas agrícolas propias de los adultos es un honor para él y para la familia. Las habilidades manuales y los oficios prácticos se han valorado mucho más que las capacidades intelectuales; el muchacho iba a la escuela hasta los catorce años y luego se ponía a trabajar; saber leer, escribir y "las cuatro reglas" era suficiente para defenderse. Actualmente ha variado bastante esta concepción y comienzan a valorarse más las capacidades intelectuales, si bien la mayoría de la gente prefiere ganar dinero a ganar formación. El estudio únicamente se concibe en función de ganar dinero "el día de mañana" de una forma más descansada que en el campo. Dentro de los valores familiares merece destacarse la estabilidad; en la familia surgirán problemas por diversos motivos, llegará el marido a pegar a la mujer, pero en ningún caso se piensa en la separación o en el divorcio. |
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La
religión es otro de los factores importantes dentro de la vida de
1 comunidad. Todos los acontecimientos importantes en la vida de una persona
(Bautismo, Primera Comunión, matrimonio muerte) van acompañados
de comportamientos religiosos. Lo mismo ocurre durante el año, todo
lo que sobresale de lo rutinario -domingos, fiestas- lleva necesariamente
un matiz religioso. El comportamiento religioso de la comunidad normalmente
es inconsciente y superficial; se actúa rutinariamente, sin reflexionar
en su significado profundo; sin embargo, ningún día se considera
como fiesta si no va acompañado de la misa o algún otro acto
religioso. Es común oír frases como ésta "hoy no parece
domingo, ¡cómo no hubo misa!". Este comportamiento se hace
perfectamente consciente cuando se da una necesidad o algún peligro.
La religión está íntimamente ligada a la agricultura, debido a la inseguridad a que se ve sometido el labrador a las fuerzas naturales (de la naturaleza). La sequía del verano no se puede solucionar en la comunidad con medios naturales, pues el agua es escasa, esta situación de inseguridad obliga al hombre a recurrir a lo sobrenatural, a Dios, a los santos; a esta actitud responden las "rogativas" que se hacen en junio, en torno a la fiesta del Corpus Christi, en las que se pasea por el campo en procesión una imagen del Sagrado Corazón "rogándole" que envíe la lluvia. Las tormentas del verano traen también comportamientos religiosos de este tipo, "sólo nos acordamos de Sta. Bárbara cuando truena". Efectivamente es esta santa la encargada de defender las cosechas del "apedreo". Un comportamiento extraño es el "conjuro de la nube", poder que posee una persona del pueblo, Julián, y del cual no se conocen antecedentes. La palabra "conjuro" ya connota prácticas mágicas y creencias supersticiosas, pero me son desconocida, debido al silencio del conjurador. Lo cierto es que en cuanto se acerca una tormenta él se dirige al campanario y vuelve una campana boca arriba, a la vez que permanece a su lado durante un rato. Sus resultados son positivos, pues la gente cree en este comportamiento como verdaderamente eficaz. S. Antonio es el protector de los animales; en caso de que se pierda uno de éstos, una vaca por ejemplo, se le "echa la oración a S. Antonio". Es tal la fe que se manifiesta en estas prácticas que casi siempre dan resultado. Estos ejemplos pueden servir para comprender que el control de la naturaleza es de tipo sobrenatural. Actitud muy frecuente son las "promesas" a la Virgen en caso de alguna desgracia familiar: durante la guerra, en alguna operación quirúrgica, en el parto, en alguna enfermedad. Normalmente se ofrece a la Virgen ir a visitarla a algún santuario cercano, en caso de que se cumpla el deseo. Estas promesas dieron lugar hace algunos años a las romerías de la Virgen de los Remedios en Luyego (pueblo cercano a Astorga) y a las "anovenas" (novenas) de la Virgen del Camino. |