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La ganadería es un elemento
importante dentro de la economía familiar. Aunque no existe nadie
que se dedique exclusivamente al cuidado de los animales, sin embargo en
casi ninguna casa faltan una, dos,... hasta doce vacas, dos o más
cerdos, gallinas y algunas ovejas. Todos los productos de estos animales,
junto con los cultivos agrícolas constituyen la dieta básica,
y hasta hace pocos años exclusiva, de la comunidad. Dentro de la
economía familiar merece destacada importancia el cerdo, en torno
al cual se ordenan también algunos comportamientos sociales peculiares.
Los cerdos, alimentados día a día por las amas de casa con
los desperdicios de las comidas y productos del campo (remolacha, berzas,
harina de centeno), se crían sin mengua de la economía familiar.
Por San Martín, el 11 de noviembre, ya están cebados y dispuestos
para matar.
La "mata el gocho" tiene un gran significado social.
A nivel familia supone una fiesta más, aunque exija gran trabajo.
Ese día se reúnen todos los hermanos en casa del padre para
ayudarle y para participar en la mesa En ocasiones es necesaria la ayuda
de algún vecino, pues matar los cerdos sobre un banco y con un cuchillo
no es fácil si no es con la colaboración de varias personas.
Casi todo el cerdo se cura, excepto lo que se come el día que se
matan y lo que reparte la madre a los familiares y a las vecinas. El cerdo
curado lo administrará la madre cada día del año como
principal fuente de alimento. El número de cerdos que se matan en
la familia media son dos; matar tres cerdos o una vaca supone un gran prestigio
a nivel comunitario.
La posesión de las ovejas suele estar relacionada,
no siempre lo está con la propiedad agraria; generalmente, los que
más tierras poseen son también los propietarios de los mayores
rebaños. La posesión de ovejas (en gran número se
entiende) repercute satisfactoriamente en la agricultura, pues producen
gran cantidad de abono~ a parte de bienes que superen el nivel de consumo
familiar. Son los propietarios de estos rebaños los únicos
que pueden abonar con estiércol animal algunos "quiñones".
El sistema de abonado en estos lugares difiere totalmente del de las fincas
de "lo bajo". Llevar el abono desde la "majada" hasta los quiñones,
situados en los lugares más apartados del pueblo, con el carro exigiría
un trabajo grandísimo, que no se podría llevar a cabo en
muchos casos. Este sistema se emplea en las fincas de la vega, pues son
pequeñas y están cerca del pueblo, a parte que están
en terreno llano. Lo que se hace en los quiñones es dejar a dormir
el rebaño en la misma finca, encerrado en las "cancillas" , durante
varias noches hasta que quede todo abonado. Este sistema se llama "amajadar"
y sus resultados son excelentes en la próxima cosecha; sólo
se puede realizar durante los meses de verano, cuando hace calor. El pastor
y los perros cuidarán de que los lobos no ataquen al rebaño
durante la noche.
El modo de guardar el rebaño también guarda
una estrecha relación con el número de ovejas que se posean.
Los propietarios de más de un centenar de ovejas, actualmente son
seis, suelen tener rebaño independiente, siendo el pastor el propio
dueño o algún hijo suyo. El mayor de estos rebaños
tiene 400 ovejas aproximadamente. Las consecuencias sociales para el pastor,
sobre todo si se trata de algún joven, son bastante graves, pues
la soledad y la total incultura le impiden incardinarse normalmente dentro
de la comunidad. Predominan en estos casos los valores económicos
a todos lo demás.
El método cambia cuando se poseen pocas cabezas
de ganado, cosa muy común en muchas familias del pueblo. En este
caso, se juntan todas las ovejas en uno o dos rebaños (actualmente
hay dos divididos según la proximidad de vecindad, por barrios)
y se cuidad entre todos por turno. La cantidad de días que corresponde
a cada uno está en relación directa con el número
de cabezas que se posean. En uno de estos dos rebaños han decidido
que por cada siete ovejas que se posean se ha de guardar el rebaño
un día. Estos rebaños conjuntos se llaman "beceras". Este
mismo sistema se establece algunos años para cuidar las vacas cuando
van a "pacer" al campo común. |